viernes, 14 de noviembre de 2008

Si no fos per la tendresa...


Les pedres no són pedres soles.
Són la petjada de la història en la història de tothom, un testimoni de passat en vistes a un futur amb ganes, d'esperança, de cultura i de coneixement.
Llegeixo sovint notícies esfereïdroes.
Unes noies que han sigut cremades amb àcid per la seimple "gosadia" d'anar a escola,... masses infants mutilats en l'alegria de viure,.. massa angoixa acumulada. Incultura violenta.
Però també albiro - amb un optimisme ingenu, potser - que la cultura ens ha de salvar de la misèria humana i anirà conoslidant, a poc a poc, un univers sincer de tendresa i bona fe.
Ai! si no fos per la tendresa...deia en Lluís Llach...
En aquest cas, la tendresa pot ésser ben representada amb un espai de silenci a compartir, una llegenda de fa molts i molts anys entre les pedres, en bca de la monitora que té encisats els ulls dels petits.
I ara... silenci...
Escoltarem les pedres per entendre qui som, d'on venim, on anirem...
sense presses però sense pausa. Sentiu?

9 comentarios:

Turandot dijo...

No sabia ben bé on escriure-ho, però ja he trobat un raconet. Us recomano aquesta web del Rijks Museum d'Amsterdam, si us entreteniu descobrireu una web molt molt completa. BONA VISITA VIRTUAL!
www.rijksmuseum.nl/

Helena Minuesa dijo...

Moltes gràcies pel consell Esther!

Hi passejarem..

Una abraçada

Mel dijo...

'creo que debo aventurarme en hacer lo que no sé hacer. Buscar, visualizar donde no veo, anhelar reconocer lo que no puedo discernir'

Eduardo Chillida

Helena Minuesa dijo...

COR CÀLID i MENT OBERTA

Turandot dijo...

Pandémica y celeste

Imagínate ahora que tú y yo
muy tarde ya en la noche
hablemos hombre a hombre, finalmente.
Imagínatelo,
en una de esas noches memorables
de rara comunión, con la botella
medio vacía, los ceniceros sucios,
y después de agotado el tema de la vida.
Que te voy a enseñar un corazón,
un corazón infiel,
desnudo de cintura para abajo,
hipócrita lector -mon semblable,-mon frère!

Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo
quien me tira del cuerpo a otros cuerpos
a ser posiblemente jóvenes:
yo persigo también el dulce amor,
el tierno amor para dormir al lado
y que alegre mi cama al despertarse,
cercano como un pájaro.
¡Si yo no puedo desnudarme nunca,
si jamás he podido entrar en unos brazos
sin sentir -aunque sea nada más que un momento-
igual deslumbramiento que a los veinte años !

Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
-con cuatrocientos cuerpos diferentes-
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.

Y por eso me alegro de haberme revolcado
sobre la arena gruesa, los dos medio vestidos,
mientras buscaba ese tendón del hombro.
Me conmueve el recuerdo de tantas ocasiones...
Aquella carretera de montaña
y los bien empleados abrazos furtivos
y el instante indefenso, de pie, tras el frenazo,
pegados a la tapia, cegados por las luces.
O aquel atardecer cerca del río
desnudos y riéndonos, de yedra coronados.
O aquel portal en Roma -en vía del Balbuino.
Y recuerdos de caras y ciudades
apenas conocidas, de cuerpos entrevistos,
de escaleras sin luz, de camarotes,
de bares, de pasajes desiertos, de prostíbulos,
y de infinitas casetas de baños,
de fosos de un castillo.
Recuerdos de vosotras, sobre todo,
oh noches en hoteles de una noche,
definitivas noches en pensiones sórdidas,
en cuartos recién fríos,
noches que devolvéis a vuestros huéspedes
un olvidado sabor a sí mismos!
La historia en cuerpo y alma, como una imagen rota,
de la langueur goûtée à ce mal d'être deux.
Sin despreciar
-alegres como fiesta entre semana-
las experiencias de promiscuidad.

Aunque sepa que nada me valdrían
trabajos de amor disperso
si no existiese el verdadero amor.
Mi amor,
íntegra imagen de mi vida,
sol de las noches mismas que le robo.

Su juventud, la mía,
-música de mi fondo-
sonríe aún en la imprecisa gracia
de cada cuerpo joven,
en cada encuentro anónimo,
iluminándolo. Dándole un alma.
Y no hay muslos hermosos
que no me hagan pensar en sus hermosos muslos
cuando nos conocimos, antes de ir a la cama.

Ni pasión de una noche de dormida
que pueda compararla
con la pasión que da el conocimiento,
los años de experiencia
de nuestro amor.
Porque en amor también
es importante el tiempo,
y dulce, de algún modo,
verificar con mano melancólica
su perceptible paso por un cuerpo
-mientras que basta un gesto familiar
en los labios,
o la ligera palpitación de un miembro,
para hacerme sentir la maravilla
de aquella gracia antigua,
fugaz como un reflejo.

Sobre su piel borrosa,
cuando pasen más años y al final estemos,
quiero aplastar los labios invocando
la imagen de su cuerpo
y de todos los cuerpos que una vez amé
aunque fuese un instante, deshechos por el tiempo.
Para pedir la fuerza de poder vivir
sin belleza, sin fuerza y sin deseo,
mientras seguimos juntos
hasta morir en paz, los dos,
como dicen que mueren los que han amado mucho.
Jaime Gil de Biedma

Helena Minuesa dijo...

Petit Turandot...

m'ha emocionat el teu regal en format vers.

amb el teu permís, dedicaré aquest poema de Gil de Biedma a la meva apeciada Bresquilla...

Una abraçada dolça que trenca les fronteres físico-espacials. Quine sganes tenia de veure't!!!

HeLenA

orexis dijo...

quanta raó Helena.

és tan gratificant que vint ullets i vint orelletes novelles en aquest món tant bèstia t'escoltin i et mirin,
i aprenguin.

I es queden callats, perquè en volen més, o no paren de preguntar, perquè en volen més. I no pararien.

El millor sou, saber que construeixes saber.

i òstias si la moni de la fot sóc jo!
QUIN ILU PEQUE.

m'agrad com encomanes el teu amor per la teva feina als que estem al voltant.
una abraçada

nu

Octavi dijo...

Això sí que és un paradigme d'humanisme! Visca la Minuesa!! Records, octavi royo

Helena Minuesa dijo...

Gràcies Tavi!!

Què bé sentir-te i retrobar-nos..

gràcies per passejar-te pel meu blog!

Una abraçada forta, espero que estiguis molt feliç

helena